6.3.16

¿Y esta canción?



     Escuchamos sin parar canciones de las que ni tan solo somos capaces de recordar el título. Queremos casas blancas, bicis y la última moda en botellas de agua biodegradables-sinpesticidas-nitóxicos. ¿Que ahora toca el azul snorkel? Allá que vamos, aunque ese nombre se nos antoge como una serie de dibujos animados. Llenamos los salones con las mismas plantas,  esas especies invasoras de  Pinterest e Instagram, de las que desconocemos el nombre: Sansevieria, Ficus o Areca (¿dónde estan los lirios y los geranios?). Compartimos links y leemos artículos que nos impactan, que no releeremos jamás, y que se nos olvidan pasado mañana. Meses atrás todos bebíamos de nuestra taza de latón, cambiada recientemente por un bol de madera. ¿Toca yoga y healthy food? Pues de cabeza (una servidora incluida). ¿Nashville, Yosemite o Estocolmo? Dale, a inundar nuestros muros.  Deseamos paisajes nevados justo cuando tenemos instaurados inviernos de pandereta. Tenemos las paredes blancas y ya estamos pensando en pintarlas gris antracita. Ahora trenzas, ahora flequillo, ahora nuestras insatisfacciones en un moño. Como despeinado, esos sí. Siempre es lo que no tenemos, lo de más allá mola más. Sabemos tanto y tenemos unos gustos tan pasajeros. Quizás es un tema de rapidez, de fachadismo, de contenido, sobretodo de contenido,  y de verdad, también de verdad. Que hace meses que tengo una Kanken entre ceja y ceja y me resisto... a ver si se pasa la moda ya, oye. Confieso que no sé cómo escapar. No sé cómo dejar mis cartas sobre la mesa y marcharme con dignidad, bueno amigos, la compañía es grata, pero.
     Aún así, seguiré intentando que mis hijos coman Kukicha y Kale y ahorrando para estrenar unas Stand Smith en primavera, no sin antes pedir disculpas por este post tan tojo. Que un mal día, en realidad, lo tiene cualquiera ¿verdad?

5 comentarios :

Estefanía dijo...

Ese es un tema sobre el que llevo reflexionando un tiempo.A veces me parece que nos perdemos entre tantas modas y nos alejamos de lo que nos gusta a nosotros mismos en favor de lo que gusta a la mayoría.A mi me gusta ver esas casas con sus paredes blancas,me encantan,pero yo las estoy pintando de gris. Yo prefiero que las de mi casa sean grises,porque me gusta mas,y si tienen pocos likes en Instagram me importa un pepino.Realmente creo que ese es el problema.Ahora nuestra vida es tan pública que si no mostramos lo mismo que los demás nos sentimos como bichos raros.Creo que hay que simplificar y dejar de darle tanta importancia a lo que mostramos para centrarnos en lo que vivimos.

raichel dijo...

Jajajaja Caterina...bien cierto! Supongo que hay que tomar distancia y darle sólo la importancia que tiene (que no es mucha) y no dejar que te invada demasiado. O sólo quedarse con las cosas buenas. Ahora, por ejemplo, me viene a la mente un post que pusiste hace un tiempo, el del proyecto 333. Para mí ese sí fue realmente inspirador y me ayuda a día de hoy a no caer en consumismos ni modas pasajeras...Y la comida healthy? pues, sí. Hay cosas que ni siquiera intentaré probar pero si cojo algiuna idea para que yo y los míos comamos un poco mejor..pues bien está! No sé si me explico lo que quiero decir... que todo está bien hasta que hace que tú te sientas menos que todo eso que engulles y que por otra parte, muchas veces es bastante de cartón piedra..jejeje
UN beso, guapa!!!

Montse Llamas dijo...

Pues yo también llevo tiempo dándole vueltas a este tema. Hay algo que me atrae y a la vez me repele cuando veo una de las últimas tendencias que se avecina. Lo que más me preocupa es que a veces no tengo claro si mi propio criterio está mediatizado por la moda.

Gracias por la reflexión.

Carmen dijo...

Yo el otoño pasado me regalé una Caterina Pérez en lugar de una Kanken...y no sabes la ilusión que me hizo recibirla y que me sigue haciendo cada vez que la uso, sabiendo que no forma parte de ningún escaparate con baldosa hidráulica.

Para mi, lo perjudicial de las modas (ya no solo de ropa, sino estilo de vida en general)...es que consiguen poularizar demasiado algo que ya tenía antes seguidores auténticos. Los que de verdad estaban interesados en hacer ganchillo o pan en casa antes buscaban información genuina, le dedicaban tiempo y tenían su afición particular.

Ahora hay sobredosis de información y ésta es mucho más superficial, simplemente porque se dirige a un público demasiado amplio (casi todo el mundo, así en general). Así se pierde profundidad, y el continente empieza a ser más importante que el contenido y a relegarlo.

Creo que esta degración es demasiado habitual en todas las modas...al extenderse, se quedan solo en lo superficial, el envoltorio. Luego el mercado las absorbe y te devuelve productos listos para consumir, así que olvídate de hacerlo tú mismo!!

Trazar la línea entre el gusto personal y las influencias de lo que se lleva es difícil, pero reflexionar sobre ello ya es un paso.

Saludos!

elirru dijo...

Muy de acuerdo, yo añoro los claveles. ¿volveran a ponerse de moda? Yo ya me compré la kanken, pero me gusta mucho más mi Caterina Pérez. Cada fin de semana se viene conmigo y me cabe todo lo que necesito.
Saludos